Las noches culturales ya están asentadas en Madrid. El 23 de abril, aniversario de la muerte de Cervantes, se celebra el Día del Libro (Sant Jordi en Cataluña, donde es tradición, exportada ya al resto del país, regalar un libro y una rosa). El Rey entrega el Premio Cervantes (este año, al poeta mexicano José Emilio Pacheco) y las librerías logran un cambio de tendencia: la afluencia masiva de clientes potenciales, atraídos por los descuentos del 10% sobre el precio de editor y por las actividades complementarias que se organizan en torno al libro y los escritores. Duran hasta entrada la noche, englobadas en el evento La Noche de los Libros, hermano literario de La Noche en Blanco, La Noche de los Museos y La Noche de los Teatros.
Este año había más de 500 actos programados, bajo el lema "¿Me regalas un libro? Te regalo un libro"; imposible acudir a todos, ni siquiera llegar a saber de su existencia. Más de 130 librerías y calles de la capital y otras poblaciones acogían conciertos, firmas de escritores, representaciones, eventos gastronómicos: una oferta variada, con el libro como inspiración.
Dentro de un mes, a partir del 28 de mayo, la Feria del Libro volverá a llenar la ciudad de escritores firmando ejemplares de sus obras y los lectores aprovecharán para hacerse con las novelas, ensayos o poemas que no adquirieron en esta ocasión. Y dentro de un año, será la ocasión para comprobar cómo anda de salud la edición en papel; o si los superventas habrán sido, en lugar de Pérez-Reverte o Julia Navarro, como este año, el iPad o el Kindle.
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