6/6/10

Sorpresa literaria

El escritor gallego David Monteagudo sorprende con su debut literario: Fin. La novela, que sigue sumando adeptos gracias al boca a oreja, mantiene en vilo al lector sin olvidarse del estilo y planteando una trama original, cercana al ámbito del fantástico, que plantea una reflexión sobre la condición humana.

Retrato generacional, terror, road movie... Estos son algunos de los géneros que desarrolla el escritor novel David Monteagudo (Viveiro, Lugo, 1962) en su primer libro publicado, Fin. Basándose en una experiencia propia, el reencuentro con los amigos de la adolescencia y juventud al cabo de 25 años, el autor aprovecha para ir desgranando las diferencias y semejanzas entre un grupo de personajes desarrollados con gran precisión. Unas características que pueden extrapolarse a diferentes prototipos de personas en la realidad: el gracioso que pretende seguir siéndolo, el pseudointelectual, el conservador que lo es porque los extranjeros vienen a quitarle el trabajo, la feminista presta a culpar a los hombre de cualquier problema que surja, la chica dulce que sigue siéndolo a los cuarenta y tantos... En definitiva, un muestrario de arquetipos desarrollados sin caer en los tópicos.

La trama es sencilla: el grupo de amigos, sin excesivo entusiasmo, queda para rememorar la noche más importante que vivieron juntos, cuando tenían alrededor de 20 años. Todos temen la represalia o los reproches de uno de ellos, al que le gastaron una broma que, con el tiempo, degeneró en el final de la pandilla. Reunidos todos en un refugio en la sierra, esperan a que éste aparezca. Pero, de pronto, cae un rayo en las cercanías, se va la luz y, desde ese momento, la historia comienza a transitar por caminos ajenos a lo que se entiende por normal. Una situación que Monteagudo aprovecha para enfrentar los caracteres de los antiguos compañeros, puesto que cada cual verá en los acontecimientos que se suceden una cosa u otra dependiendo su propia manera de ser.

El desenlace, brillante, no arroja luz sobre la trama en sí: no es lo importante. Es la evolución de los personajes, lo que les va sucediendo, lo que acaba iluminando la idea que destaca en la novela: cómo nos enfrentamos a las situaciones trágicas e inesperadas, si va cada uno a lo suyo o se busca la cooperación, y cómo se lleva a cabo ésta. Por todo esto, Fin es, posiblemente, uno de los debuts más interesantes en tiempos. No olviden el nombre de su autor.

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